Como lo prometido es deuda, seguimos con los factores ambientales que influyen en la conservación de los documentos de archivo. En este post comentaremos algunos aspectos sobre la luz.
En condiciones ideales, los documentos solo deberían exponerse a la luz mientras se usan, aunque ya sabemos que no siempre se puede hacer.
Es muy importante no exponer los documentos a la luz solar directa, ya que ésta contiene muchos rayos ultravioleta e infrarrojos que rompen las cadenas moleculares de las fibras de celulosa. Cuando se necesite consultar un documento es mejor utilizar la luz eléctrica, que es menos dañina y más fácil de controlar en intensidad, aunque también debemos tener cuidado con el calor emitido por estas luces.
Entre los daños que ocasiona la energía luminosa podemos mencionar:
- El debilitamiento y friabilidad (fragmentación) de las fibras de la celulosa que puede hacer que el papel se decolore, se vuelva amarillo o se oscurezca, ya que la luz actúa como catalizador de la oxidación.
- Las tintas pueden empalidecer o cambiar de color, pudiendo afectar a la legibilidad y apariencia de los documentos.
- Los cambios de color en las fotografías y negativos fotográficos, ya que se ve afectada la gelatina de estos soportes.
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